SALUD DE LA PIEL, ENFERMEDADES, CONSEJOS..


1º DERMATITIS ATOPICA
2º PSORIASIS
3º ROSACEA EN PREPARACION


DERMATITIS ATOPICA

 
 











RECUERDE

Para asegurar su bienestar lea atentamente las siguientes recomendaciones

y si tiene alguna duda consulte con su médico o enfermera.

 
¿QUÉ ES LA DERMATITIS ATÓPICA?

Es una enfermedad inflamatoria de la piel cuyo principal síntoma es la piel seca y sensible con picor (prurito), tan intenso, que para los pacientes es muy difícil evitar el rascado.

Como consecuencia del rascado y de la actuación de otros factores internos o externos, surge el “eczema”.

Afecta a todas las razas y suele ser más frecuente en niños que en niñas y es un proceso en alza. Suele asociarse a otras dos enfermedades, el asma y la rinitis alérgica. Lo más frecuente es que se inicie antes de los 2 años de vida, pero puede comenzar en la infancia, la adolescencia o, incluso, en la edad adulta y no existe relación entre el momento en que se inicie y que los síntomas vayan a ser más o menos graves.

Evoluciona con brotes y no es contagioso.

En su evolución clínica se establece un “Círculo vicioso” que se expone a continuación.

Para asegurar su bienestar lea atentamente las siguientes recomendaciones y si tiene alguna duda consulte con su médico o enfermera.

 
CICLO DE LA PIEL ATOPICA
¿QFACTORES SON PERJUDICIALES?

Varios factores pueden resultar perjudiciales para una persona que padece dermatitis atópica y cuantos más elementos negativos se asocien, más probable será la aparición de nuevos brotes de lesiones o el empeoramiento de las ya existentes:

Picor
Rascado
Eczema

El ambiente excesivamente seco, como el que se produce en las casas durante el invierno como consecuencia de una calefacción demasiado alta.

El polvo de casa, contiene algunos gérmenes como los ácaros, que se concentran sobre todo en los colchones.

La sudoración, ya que existe una relación entre sudor, piel seca y picor, suele ocurrir en el verano y también a los bebés demasiado abrigados.

Higiene, el empleo de jabones irritantes, el exceso de lavado o la fricción pueden aumentar la sequedad cutánea. La ropa, sobre todo el contacto con tejidos sintéticos o de lana puede resultar irritante para la piel de una persona con dermatitis atópica.

Estrés, cuando existen situaciones de ansiedad, depresión, mala adaptación familiar o laboral, contribuyen al empeoramiento de la dermatitis atópica.

 
 
FACTORES DESENCADENANTES

¿CÓMO REALIZAR LA HIGIENE?

La ducha debe realizarse una vez al día, con agua tibia, secarse sin frotar y aplicarse un aceite especial, crema hidratante o vaselina líquida.

Los jabones deben ser muy grasos o de avena, con pH ácido.

Para evitar infecciones microbianas al rascarse, las uñas deben estar siempre bien cortadas y limpias.

El sudor macera la piel, por lo que es recomendable lavarse inmediatamente después de hacer deporte o ejercicio físico intenso.

¿CÓMO DEBE SER EL VESTIDO Y EL CALZADO?

La ropa que entra en contacto con la piel, incluida la de cama, debe ser de fibras naturales como el algodón y el lino. Evitar las prendas de lana o fibras sintéticas, ya que son más ásperas y provocan picor.

La ropa puede lavarse a máquina, pero siempre que quede bien aclarada con un centrifugado extra. Los suavizantes deben evitarse.

Es necesario cambiar el pañal del bebé en cuanto esté húmedo.

El calzado debe ser de cuero o tela y estar bien aireado. Hay que evitar el uso de zapatillas deportivas durante un tiempo prolongado, utilícelas sólo para hacer deporte. Los calcetines y medias deben ser de algodón o hilo y no de nylon o lycra.

Use ropa ligera de algodón o hilo y elimine las etiquetas.

¿CÓMO DEBE SER LA ALIMENTACIÓN?

Se puede comer de todo, puesto que no hay ningún alimento contraindicado en la mayoría de los enfermos. En el caso de que aprecie un empeoramiento tras comer algo, debe consultarlo con su médico.

Algunos alimentos ácidos (cítricos, tomate y frutos secos), pueden irritar la piel de los pacientes al ingerirlos o ser manipulados. Los excitantes, como el café, el cacao y el alcohol, incrementan el prurito y son contraproducentes.

Algunos alimentos, por su contenido en histamina o por liberar esta sustancia, sobre todo si se consumen en grandes cantidades (fresas, marisco) pueden desencadenar también picor. Exceptuando estas circunstancias, no es necesario efectuar restricciones dietéticas en la dermatitis atópica.

 
 LOCALIZACION

¿CÓMO SE CONTROLA LA TEMPERATURA

Y LA HUMEDAD?

El exceso de calor y cambios bruscos de temperatura son factores negativos para la dermatitis atópica. En todo caso, es beneficioso ventilar bien las habitaciones y evitar que la calefacción aumente la temperatura ambiente, que debe rondar unos 20º C y el uso de ropa de abrigo excesiva.

La humidificación ambiental con instalaciones adecuadas es beneficiosa, en cambio, las medidas caseras con pequeños humidificadores o recipientes de agua son poco eficaces.

¿QHACER CON EL POLVO?

El polvo es un enemigo de la dermatitis atópica, se deben evitar alfombras y peluches, es mejor fregar que barrer, sobre todo en las habitaciones. Hay que evitar objetos en los que se acumula el polvo  (alfombras, moquetas, cortinas, edredones).

Es aconsejable ventilar diariamente la casa.

¿CÓMO REALIZAR LAS TAREAS DOMÉSTICAS?

Los productos de limpieza suelen ser irritantes, así que para evitar su contacto en las tareas domésticas deben emplearse guantes de goma y algodón.

No se deben utilizar detergentes agresivos.

 
¿PRECAUCIONES CON LA EXPOSICIÓN SOLAR,

LOS BAÑOS DEMAR Y LA PISCINA?

La exposición solar suele resultar beneficiosa en la dermatitis atópica, pero debe evitarse siempre la quemadura solar. Algunos pacientes tienen mala tolerancia al sol e incluso pueden sufrir agravamiento de sus lesiones por la sudoración. Se debe utilizar siempre fotoprotector para exponerse al sol.

Puede bañarse en el mar o la piscina siempre que cuando salga del agua utilice crema hidratante. En el caso de que tenga muchas lesiones, es preferible evitar el baño.

¿ES IMPORTANTE EL ESTRÉS?

Los pacientes y familiares deben tener siempre en cuenta que el estrés emocional incrementa el picor.

 
ALGUNAS RECOMENDACIONES

PARA CASOS ESPECIALES

Los niños con dermatitis atópica deben recibir el calendario vacunal completo y a su debido tiempo, si no existen otras contraindicaciones.

Durante los tratamientos con corticoides por vía oral o intramuscular, no deben administrarse vacunas con virus vivos (poliomielitis,

sarampión-parotiditis-rubéola, varicela).

Las infecciones víricas de la piel atópica, pueden cursar con complicaciones, por lo que la vacuna de la varicela está especialmente indicada en pacientes atópicos que no hayan padecido la enfermedad previamente.

Enfermedades asociadas como las crisis asmáticas o la urticaria, que pueden desencadenar picores, deben ser tratadas para lograr el control de la dermatitis atópica.

Lo animales domésticos se pueden tener siempre que no se tenga alergia a sus pelos o plumas.

CUIDADOS DE LA PIEL CON

DERMATITIS ATÓPICA

La dermatitis atópica, como otras enfermedades crónicas de la piel, necesita una gran constancia por parte de los pacientes. El cuidado y la hidratación regular mejoran el estado de la piel y le dan un aspecto mucho más agradable. Los factores que son perjudiciales para la dermatitis atópica, a los que nos hemos referido previamente, han de ser evitados en la medida de lo posible para lograr un mejor control de la enfermedad.

Los baños, especialmente con agua muy caliente y detergentes agresivos, irritan la piel de los pacientes atópicos, no obstante, debe mantenerse una higiene suficiente. Es preferible la ducha al baño, con agua templada y utilizar gel de baño de pH ácido.

La aplicación una o varias veces al día de una crema “hidratante” en todo el cuerpo es una medida esencial en el tratamiento de la dermatitis atópica. El momento más adecuado para aplicar la crema es inmediatamente tras la ducha o el baño. Debe tenerse en cuenta que muchos pacientes atópicos tienen mala tolerancia a algunos

de los compuestos de uso más habitual en este grupo, como la urea. Se recomienda la crema hidratante más grasa y la vaselina.

Las lociones y los aceites consiguen una menor hidratación.

Es esencial que el paciente y sus familiares entiendan que el rascado

y la fricción, son factores decisivos en el mantenimiento de las lesiones y por tanto es fundamental evitarlos.



SANITARIOS?

A pesar de los cuidados antes mencionados, se pueden tener fases de empeoramiento (brotes) que también pueden controlarse. Para ello hay que continuar con los cuidados generales antes mencionados y además consultar a su médico o enfermera, siempre que tenga una reacción fuera de lo común.




2º PSORIASIS

 



¿QUÉ ES LA PSORIASIS?
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel y ocasionalmente, de las articulaciones, que sigue un curso crónico, con exacerbaciones y remisiones, sin ser contagiosa.

La psoriasis afecta a alrededor del 2% de la población y suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también afecta a niños y a personas mayores.

La enfermedad no es hereditaria, pero hay una predisposición genética para padecerla, y un tercio de los afectados tiene familiares directos con psoriasis. Se sabe que, además de esta predisposición, son necesarios otros factores desencadenantes.

La psoriasis comienza en el sistema inmune, principalmente en unas células de la sangre llamadas linfocitos T. Todos tenemos linfocitos T que nos ayudan a proteger el cuerpo contra infecciones y enfermedades. En la psoriasis, los linfocitos T se activan indebidamente y desencadenan muchas respuestas celulares, entre ellas, la proliferación y dilatación de los vasos sanguíneo de la piel, lo que se manifiesta en el color rojo de las lesiones. También desencadenan una proliferación de las células de la epidermis, los llamados «queratinocitos». Normalmente, el proceso

de recambio celular de la epidermis es de 30 días, pero en las personas con psoriasis dura aproximadamente

4 días, lo que genera la acumulación de células en la capa córnea, y se manifiesta en forma de placas de escamas blanquecinas y descamación exagerada.

Su manifestación clínica más habitual es la aparición de lesiones cutáneas de tamaño variable, enrojecidas y recubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable. Como comentábamos anteriormente, las escamas están formadas por queratinocitos (células de la epidermis) que se acumulan debido a su proliferación acelerada. El enrojecimiento es el resultado de la mayor afluencia de sangre debida a la inflamación.

El curso de la psoriasis es caprichoso, ya que puede desaparecer y volver a aparecer en los mismos sitios del cuerpo o en otros. Cada individuo afectado tiene su particular psoriasis, y lo que funciona en unos puede que no sirva o incluso vaya mal a otros. Por este motivo, el tratamiento debe ser personalizado para cada paciente, en función del tipo de psoriasis que tenga.

La psoriasis suele tener un impacto negativo en la calidad de vida de los enfermos, porque la visibilidad de las lesiones puede hacer que los afectados se sientan avergonzados de su aspecto, se aíslen socialmente, se angustien o se depriman.

De momento, la psoriasis es una enfermedad crónica que no tiene curación, pero los pacientes disponen de un amplio abanico de opciones terapéuticas, muchas de las cuales

son muy efectivas para controlar la enfermedad y aliviar el sufrimiento psicológico de los afectados.

 


¿QUÉ TIPOS DE PSORIASIS EXISTEN?

Aunque se trate de la misma enfermedad, la psoriasis puede presentarse de distintas formas clínicas que pueden aparecer de forma aislada o coincidir varias en una misma persona.

Las lesiones en la piel son rojas y abultadas, y están cubiertas de escamas blanquecinas brillantes que se desprenden fácilmente. Las lesiones pueden picar, doler y a veces se agrietan y sangran. En la piel, las zonas que más se afectan son los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y la región sacra, aunque puede afectar a cualquier otra parte del cuerpo. La afectación del cuero cabelludo y de las uñas es típica. En algunas personas puede provocar también la inflamación de algunas articulaciones (artritis psoriásica). A continuación se describen las formas más características.

Psoriasis en placas

La psoriasis en placas constituye la forma más frecuente y se caracteriza por placas rojas bien delimitadas que pueden medir desde pocos milímetros hasta varios centímetros de diámetro.

Si las placas cubren mucha superficie corporal, se habla de psoriasis generalizada.

Por lo general, las placas se localizan en las rodillas, los codos y la zona sacra, aunque pueden aparecer en cualquier otra parte del cuerpo.

Psoriasis en las palmas y las plantas

Esta forma de psoriasis se caracteriza por placas muy secas e hiperqueratósicas y puede interferir mucho en el trabajo y en la vida personal, porque la piel suele agrietarse, sangrar y doler. La afectación plantar incluso puede ocasionar problemas de movilidad. Si no hay otras lesiones típicas de psoriasis en otras partes del cuerpo, puede ser difícil diagnosticarla, ya que se parece mucho a un eccema crónico. El tratamiento de esta forma de psoriasis es complejo.

Psoriasis en el cuero cabelludo

La afectación del cuero cabelludo es muy frecuente. Puede acompañar cualquier forma de psoriasis, incluso puede ser la forma de inicio o la única localización de la enfermedad. Se presenta en forma de descamación seca muy adherida (caspa gruesa) sobre una zona roja del cuero cabelludo. A veces, hay sólo una mínima descamación y otras veces escamas blancas gruesas adheridas cubriendo todo el cuero cabelludo. En ocasiones, las lesiones de la psoriasis se extienden hacia la frente, la nuca o detrás de las orejas. La psoriasis en el cuero cabelludo suele producir mucho picor, y las escamas que se desprenden se ven en la ropa como «caspa» blanquecina. La psoriasis por sí sola no produce la caída del cabello ni alopecia (disminución de la densidad del pelo). Sin embargo, cuando las escamas son muy gruesas, atrapan el pelo que se puede arrancar al intentar desprenderlas. También se puede dañar temporalmente cuando se usan cremas o lociones con ácido salicílico para ablandar las escamas. De todas formas, si el pelo se daña o se cae, cuando la psoriasis esté controlada, se recuperará espontáneamente, la cantidad perdida. Este tipo de psoriasis puede confundirsecon la dermatitis seborreica.

Psoriasis en las uñas

La afectación ungueal es muy variable: algunos pacientes no la tienen, otros tienen pequeños «puntos» en las uñas, parecidas a las marcas de un dedal, algunos tienen engrosamiento

y deformación de la uñas, y otros manchas amarillas que corresponden al despegamiento de la uña de su lecho. Las lesiones ungueales pueden asociarse a cualquier tipo de psoriasis.

Además de las molestias para realizar algunos trabajos manuales, la afectación ungular suele preocupar por su visibilidad. Su diagnóstico es difícil, porque todas las enfermedades de las uñas se parecen mucho, por lo que siempre es aconsejable la valoración de un dermatólogo.

Psoriasis en la cara

La afectación facial es poco frecuente, pero cuando ocurre interfiere mucho en la vida personal y profesional. La piel de la cara es más delicada y difícil de tratar que otras zonas del cuerpo, así que hay que tener cuidado con la mayoría de los tratamientos tópicos, ya que éstos pueden producir irritación u otros efectos secundarios. Cuando la psoriasis afecta la cara, puede confundirse también con la dermatitis seborreica.

Psoriasis de los pliegues

Este tipo de psoriasis se llama también «psoriasis invertida». Las placas suelen ser más rojas y menos descamativas. Puede afectar cualquier pliegue cutáneo (axilas, ingles, debajo de los pechos, entre las nalgas, etc.). Es una forma muy incómoda y puede ser dolorosa e invalidante si se producen fisuras en el fondo de los pliegues. Es de difícil tratamiento con los medicamentos tópicos por la irritación que pueden producir y porque los corticosteroides tópicos deben usarse con limitaciones en esta localización.

Psoriasis en gotas

Este tipo de psoriasis recibe esta denominación porque las lesiones son pequeñas, menores de 2 cm, numerosas y distribuidas de forma irregular por todo el cuerpo, como una salpicadura.

Es más frecuente en niños y jóvenes. Suele aparecer tras una infección por estreptococos (bacterias), generalmente una faringe-amigdalitis. Responde muy bien al tratamiento tópico y

a la fototerapia, incluso puede desaparecer espontáneamente. En algunos casos se transforma en psoriasis en placas. Los brotes pueden repetirse cada vez que se padecen anginas.

Psoriasis eritrodérmica

Recibe esta denominación cuando las lesiones afectan casi toda la superficie cutánea. La piel se encuentra muy roja, caliente y se descama de forma abundante. Es una forma grave de psoriasis que suele requerir ingreso hospitalario, pero afortunadamente es muy poco frecuente.

Psoriasis pustulosa

La psoriasis pustulosa es una complicación grave y poco habitual, en la que aparecen pústulas estériles (granos de pus no infecciosos) sobre las placas. Hay una forma localizada normalmente en manos y en pies, y otra generalizada. La generalizada, muy poco frecuente, también es grave y suele requerir ingreso hospitalario.

Artritis psoriásica

La artritis psoriásica es una forma de inflamación crónica de las articulaciones que se caracteriza por rojez, hinchazón y dolor de las articulaciones afectas.

La artritis psoriásica afecta fundamentalmente a las articulaciones de los dedos de manos y pies, la columna lumbar y sacra, las muñecas y las rodillas. En algunos casos, si no se trata, puede provocar daños irreversibles en las articulaciones.

Entre el 10 y el 30% de las personas que tienen psoriasis desarrollan artritis, y ésta puede manifestarse en cualquier momento, aunque su aparición es más probable entre los 30 y los 50 años.

No se puede saber de antemano quién tendrá artritis psoriásica, ya que no hay análisis de sangre que permita predecirlo. Sin embargo, se sabe que las personas con psoriasis más graves y con afectación ungueal más importante tienen más probabilidades de padecer artritis. En ocasiones, la afectación articular aparece meses o años antes que las lesiones cutáneas, o a veces las lesiones de la piel son mínimas y pueden haber pasado desapercibidas al médico e incluso al paciente.

Si un paciente con psoriasis nota dolor o hinchazón articular, debe consultar al médico y preguntarle por esta posibilidad. El diagnóstico precoz de la artritis psoriásica es fundamental para evitar las secuelas comentadas.

 

 

¿CÓMO PUEDE AFECTAR LA PSORIASIS A LA

SALUD FÍSICA?

Las últimas investigaciones apuntan que las personas que padecen una psoriasis intensa e iniciada antes de los 20 años tienen un mayor riesgo de padecer a partir de los 65 años enfermedades como diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipercolesterolemia y artritis, entre otras. A esta relación entre afecciones se le llama «comorbilidad» y se refiere a las enfermedades que acompañan a otra, en este caso a la psoriasis. Para evitar esta situación, debida a la inflamación crónica que provoca la psoriasis grave mal controlada, es aconsejable mantenerla bajo control mediante un tratamiento efectivo y continuo. Aunque la psoriasis por sí sola no acorta la vida de quien la sufre, sí lo pueden hacer estas enfermedades es que se le asocia con mayor frecuencia. Asimismo es aconsejable: no fumar, no beber alcohol, mantener el peso ideal y realizar ejercicio físico; como mínimo, caminar media hora 4 días a la semana, para disminuir el riesgo que comportan las comorbilidades para la salud.

 

¿CÓMO PUEDE AFECTAR LA PSORIASIS A LA

SALUD MENTAL?

La psoriasis puede causar también ansiedad y depresión. Hay trabajos científicos que demuestran los beneficios de las intervenciones psicológicas (visita al psicólogo o al psiquiatra) para mejorar la calidad de vida, e incluso para complementar el tratamiento dermatológico con psicoterapia o medicamentos para la depresión y la ansiedad, en caso que sea preciso.

 

¿CÓMO PUEDE AFECTAR LA PSORIASIS A LA

CALIDAD DE VIDA?

El concepto de calidad de vida abarca tanto el estado físico y psíquico del individuo, como sus reacciones familiares, laborales y sociales. Por su visibilidad, las enfermedades de la piel (entre ellas, la psoriasis) pueden producir un deterioro muy importante de la calidad de vida, y repercutir de esta forma en el estado físico y emocional (como comentábamos en el apartado anterior): pueden ocasionar dolor, quemazón, ansiedad y depresión, y en consecuencia pueden llegar a provocar aislamiento social, mala adaptación en la escuela o el trabajo,

o limitar las posibilidades de realizar actividades en el tiempo libre.

 


¿CÓMO SE VALORA LA INTENSIDAD DE LA

PSORIASIS?

Para poder escoger el tratamiento más adecuado, es conveniente poder clasificar a los afectados según sea el grado o la intensidad de la psoriasis que padecen: leve, moderada o grave. Para determinar en qué grupo puede incluirse un afectado, hay que valorar la extensión de las lesiones (porcentaje de superficie corporal afectada), su localización, el grosor o el relieve de las placas, la rojez y la descamación, y el grado de afectación de su calidad de vida. La forma más sencilla para medir la superficie de las zonas afectas es la palma de la mano, que supone un 1% de la totalidad de la superficie corporal. La psoriasis se considera leve cuando afecta menos del 3% de la superficie cutánea, moderada cuando afecta entre el 3 y el 10% y grave cuando afecta más del 10%.

Sin embargo, existen excepciones. Aunque tengan poca superficie afecta, hay personas que se clasificarán en el grupo de psoriasis moderada o grave porque las lesiones se localizan en zonas visibles, molestas o de difícil tratamiento como: cara, palmas, plantas, axilas, ingles, genitales y uñas. También pueden considerarse graves las formas pustulosas, independientemente de la superficie afecta.

Asimismo, es posible que alguien con lesiones poco extensas se sienta psicológicamente muy afectado; en esta situación se clasificará su psoriasis de moderada o grave, y el tratamiento se adecuará a esta clasificación.

Hay otros métodos más complejos para valorar la intensidad de la psoriasis. El procedimiento más utilizado es el índice de intensidad y gravedad de la psoriasis, Psoriasis area and

severity index (PASI); éste valora la extensión, la rojez o el enrojecimiento, el grosor o el relieve, y la descamación de las placas, y mediante una fórmula se obtiene una calificación. Si la puntuación que corresponde a un paciente va de 0 a 7, la psoriasis es leve; si ésta va de

7 a 12, es moderada, y si es superior a 12, se considera grave.

 

¿QUÉ PUEDE EMPEORAR LA PSORIASIS?

Los factores psicológicos, como la ansiedad, el estrés y la depresión, influyen mucho en la psoriasis, por lo que muchas veces los brotes van precedidos de problemas personales, familiares o laborales. Las lesiones de psoriasis o un brote de la enfermedad también pueden ser desencadenados por: el clima frío, las infecciones, las quemaduras térmicas y solares, y las heridas o golpes en la piel. La aparición de lesiones de psoriasis sobre una herida o zona de piel traumatizada se denomina «fenómeno de Koebner». Por este motivo, se recomienda tomar precauciones en el trabajo y al practicar deportes para evitar cualquier herida o rozadura. No siempre que ocurra uno de estos factores aparecerá una placa de psoriasis, ni en todas las personas, pero por si acaso deben evitarse.

Los productos de limpieza del hogar, como detergentes, jabones y limpiadores, no deben manipularse con las manos desnudas, sino que es recomendable ponerse guantes adecuados, incluso para lavar la ropa o los platos.
CONTINUARA .......